¿Te suena eso de abrir los ojos a las 3 a.m. sin razón aparente, con la cabeza dando vueltas y el cuerpo en alerta? No es casualidad. Ese desvelo misterioso no es insomnio random, es una alarma interna de que algo en tu interior no funciona bien.
Tu cuerpo te está hablando, o más bien, gritando de que hay un desequilibrio en tu interior que no estás haciéndole caso. Pueden ser muchas razones que desconocías: Hormonal, nervioso, digestivo… pero lo que está claro es que si cada noche te encuentras con los ojos como platos a las 3 a.m. algo dentro está descompensado y nosotros te daremos las razones de ello.
Y aquí, en Nutri Mortis, no creemos en tapar el síntoma con pastillitas o chuches de melatonina y rezos a la virgen María. Creemos en ir al hueso, a la raíz de tu problema y tratar de desenterrar las causas reales para que puedas dormir como lo que eres: Un humano que merece descanso, no un zombi con horarios de vigilancia nocturna.

⚠️Causas más comunes de los desvelos nocturnos
1. Hipoglucemia nocturna
Durante la noche, si tu glucosa cae en picado, el cuerpo entra en modo supervivencia y libera cortisol y adrenalina. ¿Resultado? Despertar brusco, con palpitaciones o ansiedad.
2. Pico de cortisol
Si vives todo el día en estado de alerta (Café a tutiplén, trabajo, pantallas, preocupaciones, entrenos intensos a deshoras) debes de bajar el volumen por la noche ya que sino tu eje HPA (hipotálamo-hipófisis-adrenales) se desregula. En vez de producir cortisol por la mañana (como debería), lo lanza de madrugada, cuando deberías estar en el quinto sueño.
3. Problemas digestivos
Si cenas tarde o pesado, o tienes digestiones lentas, tu cuerpo sigue trabajando cuando debería descansar. El hígado, los intestinos y hasta tu vesícula biliar tienen sus relojes, y si los ignoras te despiertan.
4. Déficit de magnesio o B6
Son dos pilares clave del sueño reparador. El magnesio calma el sistema nervioso, regula la melatonina y el equilibrio con neurotransmisores (por ejemplo el GABA). Sin él, tu sueño es muy frágil.
5. Hígado saturado
Según la medicina tradicional, entre las 1 y 3 de la madrugada es cuando el hígado se activa para detoxificar. Si está sobrecargado (por alcohol, medicamentos, toxinas o mala alimentación), te despierta con una buena patada energética ya que no puede trabajar en paz.
6. Hormonas fuera de control
El sueño necesita un equilibrio hormonal: melatonina para conciliarlo, progesterona para relajarte y el cortisol para despertarte, todo debe de estar en consonancia y bien afinado. Pero si hay disfunciones tiroideas, dominancia estrogénica, falta de vitamina D o un ciclo menstrual alterado, todo el equilibrio hormonal se va al traste.
🚨Síntomas de los desvelos nocturnos
Si te despiertas cada noche como si alguien te esté continuamente llamando no es casualidad, es un mensaje de tu cuerpo de que algo no funciona en tu interior. El insomnio intermitente lo tenemos más normalizado que comer la suficiente proteína, pero desde el Nutri Mortis siempre te daremos la solución. Aquí te dejo los síntomas más comunes del maldito insomnio:
- Te despiertas como si hubieras dormido 10 minutos: Y no, no eran 10. Tal vez llevabas 3 horas dormido en tu cama, pero al abrir los ojos parece que el sueño ni pasó por tu preciado cuerpo. Desde aquí te aseguramos que el descanso superficial te deja igual (o peor) que antes de acostarte.
- Palpitaciones o sensación de alerta: Son las 3:07 a.m. y te despiertas como si el corazón se fuera a salir de tu pecho. Esa taquicardia rara, como si te hubieran inyectado 300 mg de cafeína no es normal. ¿Ansiedad nocturna? Puede ser. ¿Desregulación de cortisol y glucosa? Más probable todavía.
- Mente encendida y cuerpo agotado: Abres los ojos y tu mente ya está corriendo maratones de pensamientos, recordatorios y preocupaciones. Pero tu cuerpo sigue pegado al colchón. Descoordinación total entre lo que necesitas (descansar) y lo que tu cerebro quiere (seguir funcionando como si fuera de día).
- Calor interno o sudoración sin sentido: No estas en pleno Agosto a 37ºC a la sombra pero tienes mucha calor y te levantas sudado o con una sensación de calor en el pecho o la cabeza. Puede ser tu hígado saturado, una bajada de azúcar, o una tormenta hormonal de las buenas.
- Dolor de cabeza o pesadez al despertar: Aunque hayas logrado dormir después del despertar nocturno, al levantarte te duele la cabeza, te sientes inflamado o como si hubieras pasado la noche tomando copas en un pub.
- Cansancio persistente durante el día: Dormir mal una noche no pasa nada, pero cuando esto se repite y se convierte en tu rutina te conviertes en un zombie de The Walking Dead : Sin energía, sin enfoque, sin ganas, sin punch. Tu cuerpo se encarga únicamente de sobrevivir y no de rendir.
🔧¿Cómo recuperar un sueño profundo y reparador?
Si quieres volver a dormir como un bebé, debemos de meterle mano a la raíz de tus problemas del descanso. Desde el Nutri Mortis nos encargaremos de reconstruir tu sueño profundo y reparador, desde la raíz. Aquí te expongo varios tipos para solucionarlo:
1. Cena sano, temprano y ligero
Tu digestión no tiene que ser el turno de noche de tu cuerpo.
- Cena al menos 2-3 horas antes de acostarte.
- Evita comidas pesadas, grasas saturadas, fritos o picante.
- Ideal: Una cena rica en proteínas magras, vegetales y grasa buena (aguacate, AOVE), también puedes incluir una buena fuente de hidratos (integrales) para conciliar mejor el sueño.
🎯¿Cena perfecta? Una tortilla de 3 huevos con espinacas o calabacín, algo de hummus y un poco de arroz integral. Suave, saciante y cero guerra digestiva.
2. Estabiliza tu glucosa nocturna
Evita que tu cuerpo entre en modo “emergencia energética” a mitad de la noche:
- No te acuestes con el estómago vacío.
- Incluye grasa buenas o proteína de calidad en la cena para evitar hipoglucemias nocturnas.
- Si te despiertas a las 3am con ansiedad, prueba a añadir una pequeña porción de carbohidrato complejo (por ejemplo el arroz integral propuesto anteriormente) en la cena.
3. Baja revoluciones antes de dormir
Si te metes en la cama directo desde el WhatsApp, las malas noticias y el estrés… ¿de verdad esperas dormir como un bebé?
- Evita pantallas un par de horas antes e intenta usar luz roja en tu cuarto.
- No te metas en la cama pensando que “ahí me relajo”: relájate antes.
- Prueba técnicas simples: Respiración profunda, un poco de lectura, meditación guiada, música relajante o simplemente silencio.
4. Repara tu eje HPA
Tu cortisol está desincronizado. Hay que resetear ese reloj interno:
- Exponte al sol por la mañana.
- Evita cafeína por la tarde (al menos 8 horas antes de dormir).
- No sobrecargues tu agenda, aprende a decir no.
- Adaptógenos como ashwagandha o rhodiola pueden ayudarte si el estrés te devora.
5. Apoya la desintoxicación hepática nocturna
Tu hígado no pide vacaciones, pero sí respeto:
- Reduce alcohol, azúcar y alimentos ultraprocesados.
- Apoya la fase hepática con alimentos como brócoli, alcachofa o remolacha.
- Una infusión de boldo, manzanilla o rooibos por la noche puede ayudarte a marcar la diferencia (aunque cuidado con las micciones de madrugada).
6. Crea un entorno perfecto para tu sueño
Tu cuarto no debe parecer Times Square:
- Total oscuridad (antifaz si hace falta).
- Luz roja para tu cuarto
- Silencio (usa incluso tapones para dormir).
- Temperatura fresca (18-20°C ideal).
- Nada de móviles en la mesita que puedan distraerte.
- Ducha de agua caliente para relajarte y facilitar el sueño
💊 Suplementos que pueden ayudarte contra los desvelos nocturnos
Los suplementos no son varitas mágicas. Pero si ya tienes cubiertos los pilares del sueño (ritmo circadiano, cena ligera, regulación del estrés y buena nutrición), estos pueden darte el empujón que tu descanso necesita:
- Magnesio: El magnesio forma parte de más de 300 reacciones bioquímicas en tu cuerpo. Relaja el sistema nervioso, favorece la producción de melatonina y GABA. El bisglicinato es ideal para relajación muscular; el treonato atraviesa la barrera hematoencefálica y actúa directamente en el cerebro.
- L-teanina: Un aminoácido del té verde que reduce la actividad mental sin provocar somnolencia. Ideal si te cuesta “desconectar” a la hora de dormir.
- Melatonina: Solo si está indicada y con la dosis adecuada. No es un somnífero, es una señal de inicio del sueño. Úsala en forma sublingual, de lenta liberación y en dosis fisiológicas (0,3–1 mg) y por tiempo limitado.
- GABA o precusores (como L-glutamina + B6): Si hay ansiedad o una mente hiperactiva, te puede ayudar a frenar la tormenta mental nocturna. Asegúrate de que tu intestino esté sano para producirlo de forma natural.
- Ashwagandha o Rodiola: Adaptógenos que ayudan a modular el eje HPA. Especialmente útiles si hay mucho estrés acumulado, insomnio crónico o fatiga adrenal.
- 5-HTP o triptófano: Son precursores de serotonina y melatonina. Pueden ser útiles en personas con bajo ánimo, ansiedad o despertares frecuentes (ojo: no combinarlos con antidepresivos sin supervisión profesional).
📌Conclusión
Si te despiertas cada madrugada como si una alarma interna te arrancara de la cama, tu cuerpo no está en paz, está en guerra. Una guerra bioquímica, silenciosa, pero devastadora. Y cada noche interrumpida es una bomba que explota al día siguiente en forma de fatiga, ansiedad, niebla mental, hambre incontrolable y envejecimiento prematuro.
No es estrés “normal”. No es que «ya se pasará». Es tu cuerpo gritándote que algo va mal. Y si no lo atiendes, vas de cabeza al club de los zombies (despiertos por fuera, destrozados por dentro).
Dormir bien y un buen descanso no es algo opcional, es la piedra angular de tu salud. Así que deja de normalizar el insomnio, y empieza a reconstruir tu noche antes de que sea demasiado tarde.