La colitis ulcerosa. Solo el nombre ya suena a un drama digestivo… y lo es. Esta enfermedad inflamatoria intestinal crónica no solo ataca al colon y al recto, sino que te pone la vida patas arriba cuando decide hacerse notar. Pero no te preocupes, desde Nutri Mortis vamos a destriparla (con cariño y ciencia) para entenderla, tratarla y cómo no alimentarnos con cabeza.

🧐¿Qué es la colitis ulcerosa?
La colitis ulcerosa es una enfermedad inflamatoria intestinal (SÍ, una EII, para los amigos técnicos) que afecta principalmente al colon y recto.
Esta inflamación provoca la formación de úlceras en la mucosa del colon, lo que puede generar dolor, sangrado, diarrea y una necesidad urgente de ir al baño. Y no hablamos de un apretón puntual. Es más bien como si tu intestino tuviera una alarma que salta sin previo aviso.
🔍Dato curioso: en los últimos años, los casos de colitis ulcerosa han aumentado en los países desarrollados. ¿Por qué? Dietas inflamatorias, estrés crónico, abuso de antibióticos, disbiosis intestinal… ¡y un estilo de vida que va a toda mecha!
⚠️Causas de la colitis ulcerosa
En la Medicina Funcional, no nos quedamos en el “tienes colitis y punto”. Vamos a la raíz del problema. ¿Por qué tu sistema inmunitario ha decidido montar un ataque contra tu intestino? Entre las causas más comunes podemos incluir las siguientes:
- Predisposición genética: Si mamá, papá o el tío Antonio tuvieron EII, hay papeletas para que tu también la tengas.
- Estrés crónico: El cortisol elevado interrumpe la digestión, desequilibra tu microbiota y afecta tu mente grita y el intestino escucha.
- Dietas inflamatorias: Si tu dieta se basa en ultraprocesados, azuquita refinada y grasas trans, se altera la barrera intestinal, alimenta bacterias patógenas y mantiene al sistema inmunitario en constante alerta. En otras palabras: comes mal, te inflamas, y tu intestino se resiente.
- Disbiosis intestinal: El desequilibrio en la microbiota intestinal puede desencadenar inflamación crónica. Menos bacterias beneficiosas y más bacterias dañinas alimentan la inflamación, lo que agrava la colitis ulcerosa.
- Aumento de la permeabilidad intestinal (intestino permeable): La permeabilidad intestinal es un factor muy importante a tener en cuenta en la colitis ulcerosa. Cuando la barrera intestinal se daña, pierde su capacidad de filtrar correctamente y permite el paso de sustancias no deseadas como bacterias o toxinas que llegan a la sangre provocando una inflamación generalizada del cuerpo. En consecuencia, se activa una respuesta inmunitaria exagerada que en determinadas personas puede agravar la colitis ulcerosa, provocando los famosos «brotes».
Todo esto crea el caldo de cultivo perfecto para que la inflamación crónica se instale como un «okupa» en tu intestino.
🚨Síntomas de la colitis ulcerosa
Los síntomas dependen de la extensión y la intensidad del brote, pero en general, esto es lo que suele aparecer:
- Diarrea (a veces con sangre, a veces sin aviso)
- Dolor y cólicos abdominales
- Pérdida de peso sin causa aparente y de apetito
- Fatiga crónica (de la que no se cura con una siesta)
- Urgencia para ir al baño (nivel «búscame el baño YA»)
- Anemia por sangrados frecuentes y mala absorción de hierro
En los brotes más graves, puede haber fiebre, taquicardia, deshidratación y malestar general. Es como si tu cuerpo gritara por todos lados.
🩺Diagnóstico de la colitis ulcerosa
Aquí no se vale adivinar. El diagnóstico de la colitis ulcerosa requiere pruebas específicas:
- Colonoscopia con biopsia: La prueba reina. Permite ver directamente el estado del colon e identificar úlceras, inflamación y sangrado.
- Análisis de sangre: Se buscan marcadores inflamatorios (PCR, VSG), anemia, déficit de vitamina B12 o hierro.
- Calprotectina fecal: Marcador no invasivo de inflamación intestinal. Altamente útil para monitorizar la evolución.
- Coprocultivos: Para descartar que el origen sea una infección bacteriana como Salmonella o Clostridium.
Un diagnóstico precoz es clave para evitar complicaciones como megacolon tóxico, perforación intestinal o incluso cáncer de colon en casos crónicos no controlados. ⚠️
📅Tratamiento: Convencional vs. Funcional
💊Enfoque convencional:
No todo lo que brilla es oro…¿realmente está solucionando algo o simplemente está apagando fuegos? 💥 Los medicamentos antiinflamatorios, inmunosupresores y, en el peor de los casos, la cirugía, pueden ser como un parche en una llanta rota. Te mantienen en marcha un rato, sí, pero no van a arreglar el coche de fondo.
- Aminosalicilatos (mesalazina, sulfasalazina): La pastillita mágica en forma de antiinflamatorios específicos del intestino.
- Corticoides: El alma de la fiesta para los brotes graves. Una bomba con efectos secundarios (retención de líquidos, insomnio, debilidad…).
- Inmunosupresores: Estos sirven para controlar el sistema inmune descontrolado.
- Biológicos (anti-TNF): Anticuerpos monoclonales que bloquean la inflamación desde la raíz. Potentes pero caros.
💡Enfoque funcional:
Aquí la pregunta no es «¿qué fármaco calma el brote?», sino «¿qué ha causado esta respuesta inmune?». Desde el Nutri Mortis siempre apoyaremos el enfoque funcional y para ello nos basaremos en:
- Corrección de disbiosis intestinal: Los alimentos fermentados como el kéfir, el chucrut o el kimchi ayudan a restaurar el equilibrio y devolverle la calma a tu intestino, también podemos emplear probióticos específicos, prebióticos.
- Sanar la mucosa intestinal: ¿Tienes la mucosa intestinal dañada? Vamos a repararlo con suplementos como glutamina, zinc, aloe vera, colágeno y omega-3.
- Reducción del estrés: El estrés es como la gasolina para el fuego de la inflamación. Si no lo controlas, el intestino sufre, pero no te preocupes, tenemos las herramientas perfectas: Meditación, yoga, técnicas de respiración, adaptógenos como Ashwagandha o Rhodiola.
- Desintoxicación hepática: No todo es lo que comes, sino lo que tu hígado puede manejar. Es hora de poner en marcha la desintoxicación hepática con crucíferas (como el brócoli y la col rizada), cilantro y chlorella. Estos alimentos ayudan a limpiar el cuerpo y reducir la carga tóxica.
- Suplementación personalizada: Aquí hablamos de vitaminas del grupo B, D3, K2, selenio y magnesio, que son fundamentales para que tu cuerpo pueda recuperarse de la inflamación y fortalecer el sistema inmunológico. Lo importante es que esta suplementación debe ser personalizada.
Y todo esto con una alimentación antiinflamatoria como base. Sin eso, no hay intestino feliz que valga.
🥗Alimentos recomendados y a evitar con colitis ulcerosa
Aquí viene lo que más interesa a muchos: ¿Qué como y qué no?
✅ Alimentos aliados (especialmente en brotes):
- Verduras cocidas y sin piel: Calabaza, calabacín, zanahoria, patata.
- Plátano maduro, compotas caseras de manzana o pera.
- Pescado blanco cocido o al vapor.
- Pollo sin piel, hervido o al horno.
- Caldos de huesos (Rico en colágeno).
- Avena cocida con bebida vegetal suave.
- Infusiones digestivas: Manzanilla, hinojo, menta.
🚫Alimentos enemigos del intestino inflamado
- Lácteos: Sobre todo si hay intolerancia o permeabilidad intestinal.
- Gluten: Puede actuar como proinflamatorio en muchas personas con EII.
- Azúcares añadidos, bollería, refrescos.
- Ultraprocesados con aditivos, conservantes y saborizantes.
- Alcohol, café, picantes.
- Frutas y verduras crudas con piel o semillas (en brotes).
🎯 Conclusión
No estás roto sino estás inflamado, sobrecargado y tu intestino está pidiendo auxilio a gritos, la colitis ulcerosa no tiene por qué ser una sentencia de por vida. Los tratamientos convencionales pueden ofrecerte alivio, pero a costa de hacerte más daño a largo plazo (Es como estar tapando el sol con un dedo).
Desde Nutri Mortis os damos las herramientas, trabajaremos con un enfoque basado en la medina funcional lo que tu intestino realmente necesita: Una dieta antiinflamatoria, suplementación específica y un trabajo constante en sanar la mucosa intestinal.
Olvídate de los parches, es hora de ir a la raíz del problema así que, ¿estás listo para cambiar el juego? Tu intestino lo agradecerá y tu cuerpo te lo agradecerá aún más.