Seguramente te ha pasado: de repente, se te antoja una hamburguesa de cierta cadena famosa, un pedazo de chocolate con leche o esa bolsa de patatas fritas de tu sabor favorito. Pero, ¿realmente tienes hambre o es solo un capricho que tu cerebro te manda? ¡No eres el único! Muchas veces confundimos el hambre real con antojos impulsivos, y esto puede afectar nuestra alimentación y bienestar.
En este artículo, te enseñaremos a diferenciar entre hambre real y antojos emocionales, para que puedas tomar decisiones más saludables. Además, si eres padre o madre, te explicaremos cómo saber si tu hijo realmente tiene hambre o simplemente está buscando consuelo en la comida.

🍴¿Qué es el hambre real y cómo reconocerla?
El hambre real es una necesidad biológica del cuerpo para obtener energía y nutrientes. Se manifiesta a través de señales físicas que indican que tu organismo necesita alimento. Aquí algunas claves para reconocerla:
Características del hambre real
- Aparición gradual: El hambre real comienza de manera progresiva y no de repente, al principio solemos notar una leve sensación de vacío en el estómago que con el paso del tiempo se va intensificando.
- Sensaciones corporales: Sientes el estómago vacío, ruidos intestinales, falta de energía o incluso dolor de cabeza . También puedes experimentar dificultad para concentrarte y una sensación de debilidad en todo el cuerpo.
- No es específica: Cuando tenemos hambre real se caracteriza por estar dispuestos a comer alimentos variados y no un alimento particular. Aunque sí es cierto que puedas tener preferencia por un alimento u otro pero el hambre real nos haría aceptar cualquier tipo de comida nutritiva.
- Saciabilidad: Una vez que comes, la sensación de hambre desaparece. Tu cuerpo se siente satisfecho y deja de enviarte señales de hambre.
- Sentimiento de culpa: Comer para satisfacer el hambre real nunca nos generará sentimiento de culpa sino que nos generará bienestar.
🍫¿Qué es un antojo y por qué ocurre?
Un antojo surge por un deseo repentino de consumir un alimento específico, generalmente alimentos ricos en azúcares, grasas o sal. A diferencia del hambre real, los antojos suelen estar más relacionados con factores psicológicos que con una necesidad nutricional.
Características de los antojos
- Aparición repentina: Surgen de inmediato y con intensidad. Un momento no sientes nada, y al siguiente, tienes una necesidad casi irresistible de comer algo específico.
- Necesidad de un alimento específico: Generalmente alimentos ultraprocesados, como chocolate, pizza, helado o snacks. A diferencia del hambre real, que puede satisfacerse con cualquier alimento nutritivo.
- No siempre implica hambre real: Puedes haber comido hace poco y aun así sentir el antojo. Esto sucede porque el antojo no está relacionado con una necesidad fisiológica, sino con factores emocionales o de hábito.
- Relacionado con emociones: Los antojos se encuentran relacionados con estados de estrés, ansiedad, aburrimiento o tristeza. Muchas veces recurrimos a ese ultra procesado como forma de consuelo emocional buscando el placer inmediato.
- Puede generar culpa: Si cedes a un antojo con frecuencia, podrías experimentar remordimientos, especialmente si los antojos llevan al consumo excesivo de comida poco saludable.
¿Por qué tenemos antojos?
Los antojos pueden originarse por diferentes razones, entre ellas:
- Factores hormonales: Los cambios hormonales sobre todo en mujeres con el ciclo menstrual pueden generar un aumento de los antojos, especialmente por esos dulces repletos de azúcar.
- Asociaciones emocionales: Relacionamos ciertos alimentos con momentos felices o con necesidad de confort . Comer una galleta de chocolate puede traernos recuerdos de la infancia, generando una sensación placentera.
- Ambiente y publicidad: Es una realidad la sobre exposición constante a anuncios de comida en la televisión y redes sociales que nos puede influenciar nuestros deseos alimenticios. Ver un anuncio de tu cadena favorita de hamburguesas justo después de comer puede hacerte sentir un antojo a la hamburguesa que realmente no corresponde a hambre real.
🍏¿Cómo controlar los antojos y evitar comer por impulso?
Si te cuesta diferenciar el hambre real de los antojos o quieres mejorar tu relación con la comida, aquí van algunos consejos:
- Bebe agua primero: A veces, la deshidratación se confunde con hambre. Prueba tomar un vaso de agua y espera unos minutos.
- Haz una pausa y respira: Antes de comer, pregúntate: «¿De verdad tengo hambre?»
- Opta por opciones saludables: Si el antojo persiste, elige alternativas nutritivas como frutas, frutos secos, kéfir.
- Duerme lo suficiente: La falta de sueño aumenta la producción de ghrelina, la hormona del hambre.
- Identifica tus desencadenantes: Puede ser una buena estrategia apuntar un registro de cuándo y por qué aparecen tus antojos para gestionarlos mejor.
🍽️¿Cómo saber si mi hijo tiene hambre?
Los niños pequeños no siempre pueden expresar con palabras que tienen hambre, pero el cuerpo y el comportamiento nos dan pistas claras. Aquí te dejo diferentes señales dependiendo de si es un bebé o un niño pequeño:
🤰 Señales de hambre en bebés
- Movimientos de búsqueda: Giran la cabeza buscando el pecho o el biberón
- Chupar o llevarse las manos a la boca.
- Succión de objetos cercanos.
- Inquietud y llanto inconsolable si no se les alimenta a tiempo.
👦Señales de hambre en niños pequeños
- Se muestran irritables o con cambios de humor.
- Piden comida de manera insistente.
- Se distraen con facilidad y pierden energía.
- Intentan abrir la nevera o buscar algo para comer por su cuenta.
❌¿Cuándo NO es hambre real?
A veces, los niños dicen que tienen hambre cuando en realidad:
- Están aburridos y buscan entretenimiento.
- Están cansados y necesitan descanso.
- Han visto a alguien comiendo y sienten ganas de imitarlo.
Para evitar la sobrealimentación, es clave establecer rutinas de comidas y enseñarles a reconocer las señales de hambre y saciedad. De esta forma, ayudamos a que los niños desarrollen una relación saludable con la comida desde pequeñitos .
💡 Conclusión
Saber si tienes hambre real o solo un antojo puede marcar la diferencia en nuestra relación con la comida. Si tu estómago te manda señales claras y estarías dispuesto a comer casi cualquier cosa, es hambre real. Si de repente solo piensas en chocolate o pizza, es probable que sea un antojo.
No pasa nada por darse un capricho muy de vez en cuando, pero entender por qué comemos nos ayuda a tomar mejores decisiones sin sentirnos culpables. Así que la próxima vez que te entren ganas de picotear, pregúntate: ¿Realmente tengo hambre o es mi cerebro jugándome una mala pasada? ¡Escucha a tu cuerpo y come con cabeza!