Hoy desde el Nutri Mortis, nos ponemos las cholas y el bañador para irnos a las Islas Canarias con el fin de desmontar el tan famoso y mitificado gofio que lo tienen bien instalado en las cocinas y que muchos lo tienen como oro en polvo. Que si es tradición de la abuela Idaira, que si es típico de mi pueblito de Canarias o que si es un “super alimento”. Pero desde el Nutri Mortis te advertimos de que sea antiguo o nuevo no significa que sea sano. Y mucho menos un superalimento.
Vamos a dejarlo claro desde el principio: El gofio no es más que harina de cereal tostado. Ni más, ni menos. Y si te lo estás metiendo en ayunas pensando que estás cuidando tu cuerpo mejor sigue leyendo este artículo del Nutri Mortis.

🤔¿Qué es realmente el gofio?
El gofio es una mezcla de cereales (normalmente trigo o millo) que se tuestan y se muelen y por arte de magia tenemos el dichoso “super alimento” Punto.
- No es un grano entero.
- No es rico en fibra (aunque te lo vendan así).
- No tiene proteína completa.
- Y por supuesto, no tiene nada de mágico.
Es una harina y punto. Y como toda harina, al llegar al intestino se convierte en glucosa en tiempo récord. No porque lleve “azúcares añadidos”, sino porque es almidón puro. Y eso en ayunas es una bomba metabólica.
Y sí, tiene carga cultural o un recuerdo de tu abuela, no lo negamos. Pero eso no convierte a una harina tostada en un desayuno que potencie tu salud.
🍬Mucho carbohidrato, poco nutriente
Ahora nos ponemos como tu profesora Elvira de matemáticas, es decir, vamos a los números:
Una cucharada sopera de gofio tiene el equivalente a más de 3 gramos de azúcar en forma de almidón. Si le echas dos o tres cucharadas al desayuno, ya vas con un chute de glucosa directo a sangre. ¿Te tomarías 6 cucharadas de azúcar blanca nada más levantarte? ¿Así quieres arrancar el día? Claramente, no.
Y no, no es “azúcar añadido”. Es mucho peor, es ese azúcar que no ves,el azúcar invisible pero que tu cuerpo sí lo nota. Picos de insulina, hambre al rato, y a media mañana ya estás buscando otra dosis de energía rápida.
🔥¿Y si encima lo tomas en ayunas?
El gofio se vende como opción rápida para arrancar el día. Pero si lo tomas solo, sin proteína ni grasa que amortigüe, lo que haces es encender el fuego metabólico de la peor forma: Subidón y bajón, como el Dragon Khan. Desayuno para hoy, hambre para dentro de dos horas.
¿Y si encima lo mezclas con leche de la vaquita, plátano canario (como te decía la abuela Idaira) y una cucharadita de miel? ¡Bingo! Tienes el desayuno inflamatorio perfecto, versión “sano según la tele” pero con más azúcar que el Donut industrial
❌No es para todos, ni mucho menos
- Si tienes resistencia a la insulina, ni te acerques.
- Si tienes disbiosis intestinal, puede alimentar bacterias oportunistas por su carga de almidón.
- Si estás en proceso de perder grasa, el gofio no te va a ayudar en absoluto.
- Si buscas un desayuno que te sacie y no te dé hambre a media mañana, tíralo a la basura y sigue buscando.
✅¿Y qué hago entonces?
Desayuna comida real, de verdad, basada en la Nutrición funcional que te proponemos. Algunas ideas que te aconsejamos desde el Nutri Mortis:
- Huevos con jamón y queso curado.
- Kéfir sin azúcar con nueces y frutos rojos.
- Pan de masa madre con salmón y tomate en rodajas.
- Yogur griego con fresas.
Tu cuerpo necesita proteína, grasa buena, fibra real y micronutrientes biodisponibles para empezar el día fuerte. No una harina tostada con nostalgia.
🎯Conclusión
El gofio no es tu enemigo, pero tampoco tu salvador. No es un veneno, pero tampoco un superalimento como te lo vende la industria alimentaria.
Es una harina. Y como todas las harinas, mejor en poca cantidad, bien acompañada y sabiendo lo que haces.
Si cada mañana arrancas con gofio creyendo que estás “volviendo a lo natural”, lo único que estás volviendo es a los 80 gramos de carbohidrato por desayuno y al picoteo constante todo el día.
Desde el Nutri Mortis te recordamos: Menos mito. Más biología y sentido común.