Seguro que te suena lo siguiente: Te levantas un día y sin saber por qué tienes un nudo en el pecho que ni el marinero más experimentado puede desenrollar. Todo en tu vida está bien pero tú no. Te falta energía como si se te hubieran gastado las pilas, estás apagado (y te lo dicen), saltas a la mínima, estás desconectado. ¿Ansiedad? ¿Depresión? ¿Crisis existencial? Tal vez.
Pero también puede ser algo que nadie te dijo y que el Nutri Mortis te lo dice: Tu intestino está inflamado y eso te está robando la calma.
🧠 Tu cerebro no está solo
¿Sabias que el 80% de la serotonina (la famosa hormona de la felicidad) se fabrica en tu intestino?. Y no, esto no es ninguna casualidad ni un dato menor, es la verdad incómoda que nadie y mucho menos la industria te quiere contar. ¿De qué sirve tener mil sesiones con el mejor psicólogo del mundo o las mejores recetas si tu intestino está hecho un caos?
Si tu microbiota está alterada (esa comunidad de bacterias que debería protegerte y nutrirte) si tu intestino está inflamado crónicamente, con esa maldita permeabilidad que permite que moléculas tóxicas pasen a tu sangre y luego a tu cerebro, entonces no importa cuánto quieras “pensar positivo”.
Se trata de que tu cuerpo está atrapado en un círculo vicioso:
Si comes mal→ te inflamas → alteras tu microbiota → produces menos serotonina → tu cerebro no puede funcionar bien → te sientes ansioso, de bajón o incluso deprimido sin saber por qué.
🎯 Spoiler: No hay psiquiatra ni psicólogo que alcance mientras no arregles el intestino.
⚠️Causas que alteran tu estado de ánimo (y nadie te explicó)
Cuando el bajón emocional aparece sin motivo claro, y la ansiedad se instala como huésped no invitado, la primera reacción es buscar explicación en la mente. Pero la verdad es que, muchas veces, el problema está en otras partes. Desde el Nutri Mortis te ponemos las causas más comunes:
1. Disbiosis intestinal
La famosa disbiosis intestinal de la que hemos hablado en tantos artículos del Nutri Mortis se produce cuando tu intestino se encuentra formado por muchos bichitos malos (en forma de bacteria) y menos bichitos buenos. En resumen: Tu intestino no está “sucio”, está mal poblado.
Esto altera la producción de serotonina, la síntesis de vitaminas del grupo B, y aumenta la producción de endotoxinas que inflaman tu sistema nervioso.
¿El resultado? Niebla mental, irritabilidad, bajón anímico, ansiedad que viene de adentro.
2. Inflamación neurodigestiva
No es solo que tu intestino esté hinchado o inflamado, sino que también empieza a enviar señales tóxicas directo a tu cerebro. Sustancias que funcionan como mensajeros químicos pueden pasar la barrera que protege tu cerebro y desordenar tu equilibrio mental.
🎯 Spoiler: Tu ansiedad puede ser el fuego que arranca en tu intestino
3. Cortisol por las nubes
Vives en alerta como si estuvieras en las trincheras de la 2º guerra mundial, todo absolutamente todo te estresa y tu cuerpo lo nota.
Desde el Nutri Mortis te confirmamos que tienes completamente desregulado el eje HHA (hipotálamo-hipófisis-adrenal) y esto provoca que tu sistema nervioso se agote, poniendo tu cerebro en modo “ahorro de energía” .
4. Déficit de triptófano y magnesio
Sin triptófano, no hay serotonina. Sin magnesio, tu sistema nervioso entra en cortocircuito.
Comes ultra procesados, en tu menú hay pocas o ninguna fuente de proteínas, y tu cuerpo no tiene con qué fabricar paz mental.
🎯 Spoiler: Estás desnutrido amigo
5. Estrés oxidativo y mala metilación
Tu cuerpo no detoxifica bien, no recicla neurotransmisores correctamente, y eso te deja en un bucle de pensamientos negativos y malestar emocional constante.
¿Sufres de ansiedad existencial? Puede ser que simplemente no estás “metilando”.
🍽️Cómo aplicar la nutrición funcional y el estilo de vida para calmar el fuego intestinal y mental
Esto no se trata de alcanzar un estado de “relajación” o la típica frase de tu vecino Mr Wonderful “piensa en positivo” no. Esto va más allá, y desde el Nutri Mortis abordaremos la raíz de tu problema. Aquí te dejo lo que funciona realmente (y no lo que dice el influencer de Instagram) para apagar ese incendio y restaurar el equilibrio:
1. Aliméntate de comida real y alimentos antiinflamatorios
Basa tu alimentación en verduras de hoja verde, frutos rojos, aguacate y pescados ricos en omega 3 como el salmón o la caballa, estos deben de ser tus aliados contra la inflamación.
Di adiós a los ultraprocesados, al pancito blanco y al azuquita refinada. Estos son la gasolina para el fuego de tu inflamación intestinal.
2. Cuida tu microbiota
Incorpora probióticos naturales como kéfir, chucrut o kimchi para mejorar tu flora intestinal. También suma prebióticos, fibras solubles que alimentan a las bacterias buenas, como la achicoria, el ajo, la cebolla.
3. Mueve el cuerpo regularmente
Desde el Nutri Mortis somos fans de la frase “muévete y moverás tu mundo”. El ejercicio moderado mejora la comunicación entre intestino y cerebro, reduce la inflamación y eleva neurotransmisores del bienestar. No hace falta volverse un atleta de los juegos olímpicos, con entrenamiento de fuerza (primordial), caminatas diarias o paseos en bici nos vale.
4. Gestión el estrés
El estrés es un gran problema que podemos sobrellevar con meditación, respiración consciente, técnicas de relajación y tiempo para ti mismo. El estrés sostenido es el combustible del fuego inflamatorio.
5. Dormir bien
El descanso reparador permite que tu cuerpo y cerebro se regeneren. Intenta mantener horarios regulares y crear una rutina relajante antes de dormir.(fuera pantallas, ducha caliente, luz roja…)
💊Suplementos para apagar la inflamación intestinal y mejorar el estado de ánimo
Cuando la alimentación y el estilo de vida lo has abordado pero aún así necesitas ese empujoncito extra para cumplir tu objetivo, existen diversos suplementos que te pueden ayudar a calmar la ansiedad y a equilibrar ese eje intestino-cerebro y calmar la ansiedad:
- Probióticos específicos: No todos los probióticos son iguales. Cepas como Lactobacillus rhamnosus o Bifidobacterium longum han demostrado reducir ansiedad y mejorar el ánimo al actuar directamente sobre la comunicación intestinal.
- Omega 3 (EPA y DHA): Estos ácidos grasos esenciales son antiinflamatorios naturales que ayudan a mejorar la función cerebral y la producción de neurotransmisores como la serotonina y la dopamina.
- Magnesio: Un mineral clave que participa en más de 300 procesos metabólicos en tu cuerpo. Principalmente lo emplearemos para relajar el sistema nervioso y mejorar la calidad del sueño. Además, ayuda a regular la respuesta al estrés.
- Vitaminas del complejo B: Especialmente B6, B9 (ácido fólico) y B12, fundamentales para la producción de serotonina y dopamina. La deficiencia puede agravar la ansiedad y el estado de ánimo bajo.
- Glutamina: Un aminoácido que ayuda a reparar la barrera intestinal, reduciendo la permeabilidad y la inflamación que pueden afectar al cerebro.
- Vitamina D: Vital para el sistema inmune y la función cerebral. Su deficiencia está relacionada con depresión y ansiedad. La podemos obtener a través de la exposición solar, aunque a veces resulta insuficiente.
📌Conclusión
La ansiedad y el bajón sin causa aparente no son una simple cuestión de “mente débil” o de querer “ponerse las pilas”. Son la señal clara de que algo no está funcionando bien en tu cuerpo, y ese algo suele estar en tu intestino.
Tu cerebro y tu intestino están en comunicación constante, y si tu microbiota está desequilibrada, tu sistema inflamado y tu barrera intestinal dañada, esa “alarma” se traduce en ansiedad, miedo y tristeza, sin que puedas encontrar una causa externa clara.
Por eso, el abordaje tiene que ser integral: No alcanza con terapia o medicamentos si no se trabaja en sanar el intestino, reducir la inflamación y equilibrar tus neurotransmisores desde la raíz.
La buena noticia es que has dado con el Nutri Mortis, que desde la nutrición funcional y la medicina funcional tiene las herramientas para romper este círculo vicioso, con una alimentación antiinflamatoria, estilo de vida que te conecte con tu cuerpo, y suplementos estratégicos para apoyar tu sistema nervioso.
Si estás atrapado en esa sensación de ansiedad o tristeza sin razón aparente, no lo ignores ni lo normalices. Escucha a tu cuerpo, porque ahí está el verdadero diagnóstico y el camino hacia la recuperación.