Durante el embarazo, tus sentidos se vuelven superhéroes (o villanos), tu hambre cambia de horario y tu lista de “cosas que no soporto” se amplía sin piedad. De repente no puedes ni ver el huevo que antes amabas y te entra un deseo irracional de pepinillos con chocolate.
No, no estás loca. Tampoco es solo “una etapa hormonal”. Es tu cuerpo hablando, gritando carencias, desequilibrios… o simplemente pidiendo magnesio a gritos.
¿Quieres saber qué significan realmente los antojos y las aversiones, cómo interpretarlos desde la nutrición funcional y qué hacer para no terminar devorando una caja de galletas como el monstruo de las galletas? Desde el Nutri Mortis te lo vamos a explicar bien clarito:

💣El embarazo: La tormenta perfecta de los cambios
Desde la implantación del óvulo hasta el parto, el cuerpo materno atraviesa un huracán de transformaciones físicas, hormonales y emocionales. Algunas visibles, otras silenciosas pero igual de intensas:
- Cambios en la piel: Aparición de manchas, estrías, ombligo abultado.
- Pechos sensibles, náuseas, acidez, fatiga crónica y trastornos del sueño.
- Cambios digestivos: Retención de líquidos, estreñimiento, menor motilidad intestinal, digestiones lentas.
- Hinchazón, hemorroides, y aumento del volumen sanguíneo.
Y en medio de todo eso, tu cuerpo necesita nutrir a dos personas con los mismos recursos que antes apenas te alcanzaban para una. No es poca cosa.
🤔¿Qué son los antojos y aversiones?
Los antojos y aversiones son un síntoma muy común en el embarazo y pueden verse implicados varios de estos cambios. Consisten en deseos o rechazos intensos ante algunos alimentos que pueden ser dulces, salados o ácidos. Suelen comenzar durante el primer trimestre y durar o cambiar a lo largo de la gestación.
⚠️Causas de los antojos y aversiones
Los antojos y las aversiones que aparecen durante el embarazo no son aleatorios. Son señales bioquímicas, respuestas fisiológicas a una tormenta interna de cambios hormonales, neurológicos y nutricionales. El cuerpo está haciendo una reconfiguración completa, y en medio de ese caos, te habla. A veces con claridad. A veces disfrazado de ganas urgentes de pan, chocolate o fruta con sal y limón.
No, no estás loca y no, no es “porque estás embarazada” como si eso explicara todo sin más, se trata de entender por qué ocurren estas señales y qué las puede estar provocando es el primer paso para manejarlas con inteligencia nutricional en lugar de dejarte arrastrar por ellas. Vamos al grano:
1. Revolución Hormonal
Tus estrógenos y progesterona están en niveles de acrobacia. Resultado: Cambia completamente tu percepción del gusto y del olfato. Lo que antes tolerabas e incluso te agradaba ahora te da asco. Y lo que jamás se te antojaba, ahora se convierte en obsesión. Todo tu sistema sensorial está siendo recalibrado.
2. Cambios en neurotransmisores
El embarazo altera tu serotonina, dopamina y GABA. El resultado: Ansiedad de caballo, cambios de humor, desregulación del apetito… y una búsqueda desesperada del tesoro perdido en forma de alimentos que «te calmen», aunque sea por 10 minutos. Porque cuando tu química cerebral se desbalancea, tu apetito también lo hace.
3. Microbiota alterada
Tu intestino también cambia. Si ya venías con una microbiota en disbiosis, el embarazo puede agudizarla. ¿Qué hacen las bacterias desequilibradas? Te empujan a comer lo que ellas quieren: Azuquita, harinita refinada y ultraprocesados. No es falta de voluntad sino una guerra bacteriana. Y ellas saben cómo ganar si no tomas el control.
4. Déficits nutricionales encubiertos
Tu cuerpo pide chocolate con leche, chocolate crunchy, chocolate blanco y un sin fin de azúcar a todas horas y todos los días. ¿Es gula, antojo, aversión? Puede ser falta de magnesio. Si sueñas con cítricos, probablemente necesitas vitamina C. Si te lanzas al pancito blanco puede haber un desequilibrio en serotonina o triptófano. El cuerpo te va a pedir lo que necesitar pero no siempre lo comunica con claridad. La clave está en saber traducir esos mensajes.
🍽¿Qué comer para calmar los antojos sin sabotear tu salud (ni la de tu bebé)?
La clave no es ignorar el antojo sino llegar a entenderlo y responderle con inteligencia, desde el Nutri Mortis siempre optaremos por la medicina y nutrición funcional. Aquí os dejo los siguientes tips made in Nutri Mortis:
- Dieta funcional: Incluye proteínas de calidad y grasas saludables en cada comida: Huevo, pescado azul, pollo, aguacate, semillas, frutos secos y completaremos con alguna que otra fuente de hidratos complejos como patata, boniato o yuca (evitando la montaña rusa de la glucosa y estabilizando nuestro azúcar en sangre).
- Microbiota intestinal: Tu intestino no solo digiere los alimentos, sino que tiene múltiples funciones. Si tu microbiota esta desequilibrada, aumenta tus antojos, se inflama y altera tú estado de ánimo. Te animo que incluyas alimentos fermentados, fibra, prebióticos y probióticos si es necesario.
- Hidratación : En ocasiones se confunden antojos con falta de hidratación. No solo basta con beber agua, tienes que tener cuidado con la falta de electrolitos (potasio, sodio, magnesio). Te recomendamos caldos caseros, infusiones digestivas, aguas saborizadas (rodaja de pepino o limón)
- Ultraprocesados: Di adiós a la bolleria, snacks industriales, refrescos, edulcorantes, harinas refinadas y una larga lista de productos que te venden los gurús nutricionales.
💊 Suplementos funcionales para evitar antojos y aversiones
Cuando los antojos se vuelven incontrolables o las aversiones limitan demasiado tu alimentación, no siempre basta con “comer mejor”. A veces, el cuerpo necesita una ayuda estratégica: Suplementos que corrijan deficiencias, estabilicen tu bioquímica y reduzcan la reactividad digestiva.
No se trata de tomar “algo para quitar las ganas de chocolate”, sino de actuar sobre la raíz del problema: neurotransmisores desregulados, deficiencias encubiertas, disbiosis intestinal o estrés oxidativo.
Antes de nada, debes de asegurarte de cubrir lo básico: Ácido fólico, hierro y yodo deben estar cubiertos y evaluar con un educador nutricional si necesitas de suplementación de magnesio, vitamina B6, triptófano o probióticos de cepas específicas:
Si has llegado hasta aquí (te he hecho un pequeño spoiler) te dejo los más útiles y funcionales:
- Magnesio (glicinato o bisglicinato): Calma el sistema nervioso, mejora la sensibilidad a la insulina y reduce los antojos por dulce y chocolate. Además, ayuda a dormir mejor y a evitar calambres.
👉 Dosis habitual: 200–400 mg/día, según tolerancia y necesidad. - Triptófano o 5-HTP
Precursores de serotonina. Ayudan a regular el apetito emocional, mejorar el ánimo y reducir la ansiedad por pan, harinas y snacks salados.
👉 Mejor tomarlos por la tarde o noche, bajo supervisión. - Vitamina B6 (P-5-P): Clave para que el triptófano se convierta en serotonina. También apoya la función hepática y reduce las náuseas del embarazo.
👉 Útil en combinación con magnesio y triptófano. - Probióticos específicos: Cepas como Lactobacillus rhamnosus GG, Lactobacillus plantarum o Bifidobacterium infantis ayudan a reducir la inflamación, mejorar la digestión y equilibrar los antojos inducidos por la disbiosis.
👉 Ideal personalizar según síntomas digestivos y antecedentes. - Omega 3 (EPA y DHA): Antiinflamatorio natural, clave para la salud neurológica y emocional. Apoya la regulación del estado de ánimo y puede reducir aversiones alimentarias ligadas a inflamación o estrés.
👉 Prioriza versiones purificadas y con buena tolerancia digestiva.
🎯Conclusión
Los antojos y las aversiones en el embarazo no son tonterías ni «cosas de embarazada». Son señales de un cuerpo que está haciendo malabares bioquímicos para sostener dos vidas a la vez. ¿Y qué hacemos nosotras? Le tiramos un bollo, un zumo de tetrabrik o lo ignoramos mientras seguimos tragando azúcar con culpa.
Porque la industria alimentaria lo sabe. Sabe perfectamente cuándo te agarra más vulnerable. Y ahí te lanza sus armas: Galletitas «saludables», panecitos «integrales» con más azúcar que fibra, chocolatitos que prometen felicidad y lo único que entregan es inflamación. No te está alimentando: Te está domesticando como un animal de compañía y te quiere dependiente, hinchada, cansada y buscando el próximo chute de dopamina.
Y desde el Nutri Mortis te aseguramos que si no alimentas a tu cuerpo con la «verdad» en forma de nutrición funcional, la industria te alimentará con «mentiras» hasta enfermarte y hacerte dependiente de ellos. Tú decides.